Hace un año, frases como estas: “Estás muy gorda”, “¿No has pensando hacer dieta?” “Siendo así, no llegaras a ningún lado” “Debes adelgazar, así nunca llamarás la atención de un hombre”, me afectaron durante mucho tiempo. A decir verdad, sé que me encuentro con sobrepeso, soy consciente de mi salud. Y aunque para muchos la delgadez lo es todo, para mí también lo fue.
Hice dietas, me restringí con las comidas, fui al gimnasio, llegando al mismo círculo vicioso “odiar mi cuerpo”.
En su tiempo, bajé un par de kilos, me sentía bien cuando la balanza mostraba que los números descendían. Todo iba de maravilla, ser delgado era uno de mis deseos más anhelados, sentía que la única manera para encajar, ser amado y aceptarse, era ser parte de esos estereotipos impuestos en la sociedad. Pues, eso creía.
El problema fue que, bajar de peso, era insuficiente. Intenté sentirme bien, lograr ser esa supuesta mujer guapa y delgada que muchos esperarían de mí. Pero nunca fue así, me seguí odiando. Odiaba cada parte de mí, nada había cambiado. Ahí comprendí, que el problema no era mi cuerpo, era yo. “NUNCA HE SIDO DELGADA Y HASTA EL DÍA DE HOY NO LO SOY”.
Sinceramente, aprendí que hay algo mucho más importante que los números de la balanza, y eso es, ACEPTARSE Y AMARSE.
Tal vez sea “GORDA”, pero eso no significa que sea fea o no merezca lo mejor. Sí tener sobrepeso te afecta, busca la solución apropiada a tu problema. Se equilibrado ante tus cambios. Se compasivo contigo mismo. Pero nunca permitas que tu amor propio sea destruido, ÁMATE Y SE FELIZ.